A decir verdad no es la primera vez que nos enfrentamos a un caso en el que un compromiso familiar choque de lleno con un torneo importante para un golfista. Sin ir más lejos, ya sucedió el pasado mes de marzo cuando Danny Willett comunicó que igual tenía que dejar pasar el Masters de Augusta si en esa semana nacía su primer hijo –puede dar gracias de que su mujer saliera de cuentas unos días antes-. Pero este caso es especial, sobre todo por la trágica historia que en los últimos doce meses ha salpicado la vida de Billy Hurley III.
Hagamos un poco de retrospectiva y marchémonos a finales de julio de 2015, cuando en una rueda de prensa previa al Quicken Loans National, el golfista estadounidense comunicaba entre lágrimas la desaparición de su padre. El “papá, vuelve a casa” desgarró el corazón de todo el PGA, que puso todo el empeño y los medios que tenía a su disposición para intentar localizar a su progenitor.
Unos días después su padre era encontrado en Texas, sentado delante de un ordenador en una biblioteca pública viendo jugar sobre la hierba del Congressional a su hijo. “Muchas gracias a todos por ayudarme a encontrarle. No tengo palabras para expresar tanta gratitud”, expresó en ese momento el marine. Sin embargo, la tristeza inundó solo unos días después el circuito cuando el cuerpo de Billy Hurley fue encontrado sin vida en el condado de Loundoun (Virginia), en lo que todo apuntaba a un suicidio.
Desde este momento la familia ha sido lo más importante para Hurley III, que incluso llegó a perder la tarjeta del PGA la temporada pasada por 394 dólares –algo más de 356 euros al cambio-. Así pues, este año intercalaba su presencia en el web.com con las invitaciones de los patrocinadores para el PGA. Pero esto ya se acabó. Su victoria en el Quickens Loans National le concede una exención tanto para lo que queda de temporada como para un par más, además de poder participar en The Open, el PGA Championship y el Masters de Augusta de 2017.
La primera de estas pruebas la tendrá en un par de semanas, en el Royal Troon escocés. Pero lo que son las cosas, Hurley III ya había hecho planes para esa semana y podría perderse el tercer Major del año –la que sería su segunda participación en las islas en toda su carrera-.
“Mi hermana se casa el sábado del The Open”, comentó en la rueda de prensa posterior a su victoria en Bethesda. “Tengo que hablar primero con ella, será una situación difícil. Algunos de mi equipo me preguntaban si iba a ir a Escocia si conseguía la clasificación y les dije que no lo sabía. De hecho todavía no sé lo que voy a hacer, para ser sincero”, finalizó.
Nadie le reprocharía nada de no acudir a Europa. Con el último año vivido se ha ganado el derecho a disfrutar de cada instante con los suyos.