El golfista estadounidense está de enhorabuena, y no sólo porque esta semana celebrara su cumpleaños. El jugador de Dallas cumplió 22 veranos con la obsesión por el número uno entre ceja y ceja y con la esperanza de poder cerrar una temporada histórica con la conquista del PGA Championship.
Jordan Spieth se ha convertido en apenas unos meses en el buque insignia del golf norteamericano, un deportista rentable para la marca que lo patrocina y una de las grandes esperanzas de este deporte. Un todo en uno. Y por si esto fuera poco le llueven los elogios. El último en dorarle la píldora ha sido el inglés Ian Poulter, que en una entrevista a la agencia de noticias Reuters ha reconocido que Spieth es “probablemente el mejor putteador de larga distancia todos los tiempos”. Casi nada.
Pero, ¿se sostienen con los números las palabras del británico? Parece que sí. “Si nos fijamos en el porcentaje de putts convertidos desde 7,5 metros el resultado es bastante notable. A todos nos gustaría conseguir sus guarismos”, reconocía el golfista de 39 años.
Sin embargo, Spieth no es ni de lejos el mejor putteador del PGA Tour durante la presente temporada. Jimmy Walker, el primero de esa clasificación, consigue una media de 0,8 golpes por ronda con su putter, por los 0,6 del texano. Pero claro, esta tabla de realiza teniendo en cuenta todos los putts, tanto largos como cortos.
Si el orden estuviera establecido con sólo putts largos –desde 4,5 metros hasta 7,5 metros–, Spieth ganaría por goleada a sus rivales. De hecho, de acuerdo con los datos ofrecidos por el PGA Tour sólo ha habido siete temporadas en las que esta estadística ha superado el 24 por ciento.
En este 2015 los números de Spieth destacan con creces sobre los de cualquier registro con un 28 por ciento, situándose por delante del 27 por ciento logrado por el sueco Jesper Parnevik en 2007 o del 24 por ciento de Adam Scott en 2004.
Lo curioso en todo esto es que Spieth es sólo el número 72 del circuito en porcentaje de putts cortos, desde 1,5 metros hasta 4,5 metros. Esto aporta todavía más mérito a la primera estadística. Y es que si en el futuro mejora sus prestaciones con los golpes a corta distancia podríamos estar hablando de un firme candidato a entrar en el salón de la fama más pronto que tarde. Un golfista total.