A todos nos hubiese gustado en algún momento de nuestra vida ponernos en la piel del mejor jugador mundial de golf. Viajes, patrocinadores agradecidos, fotos, el cariño de los aficionados… Sin embargo, la vida del número 1 no se resume solo en esto. Detrás de las condecoraciones, los torneos y los miles de euros en premios se esconde un enorme trabajo detrás, una alimentación que deja poco margen de maniobra, horas y horas en el gimnasio… En definitiva, que nada llega regalado. Y si no que se lo digan a Jason Day.
El jugador australiano estuvo charlando con los periodistas en la previa del US Open el pasado martes y dejó claro que ninguno de sus éxitos le ha llovido del cielo, sino que todo ha sido fruto de un concienzudo trabajo a lo largo de los años –y más ahora, que tras adelantar a Jordan Spieth en la clasificación todos esperan que aporte algo más que sus rivales-. “Nunca he estado tan estresado en mi vida como lo estoy ahora. Siendo el número 1 del mundo la gente tiene depositadas en mí muchas expectativas y tengo que practicar muy duro para seguir manteniendo esta posición. Intentar ganar muchos torneos añade más presión”, comentó.
La respuesta no pasó desapercibida para los periodistas, que sacaron a la palestra las declaraciones que hizo tras conseguir la victoria en el WGC-Dell Match Play de este año, cuando afirmó que días antes de conseguir el subcampeonato en el Masters de Augusta del año 2011 se había cuestionado la retirada debido a la increíble presión que tenía que soportar semana tras semana.
“Es increíble pensar que alguna vez dijera eso. Sin embargo, no es comparable la presión que sentía en esos momentos con la que estoy sintiendo ahora. Antes, tenía el estrés por intentar llegar a la posición en la que me encuentro en estos momentos. Ahora lo tengo por intentar no perderla. Sinceramente, espero no volver a vivir lo de esos años, y para ello lo mejor es seguir consiguiendo torneos. Está muy bien ganar 7 de los últimos 18 eventos, pero hay que mantener el ritmo”, continuó.
En cuanto a su visita a Oakmont, campo que está trayendo de cabeza a muchos de sus compañeros, él lo tiene claro: “Cuando vienes a disputar un Major tu actitud tiene que estar al mismo nivel que tu juego. Si vas a tener una mala actitud, no hace falta ni siquiera que salgas desde el tee, porque probablemente no vas a jugar bien”.
Palabra de campeón. Veremos qué tal se porta con él el US Open.