En una semana marcada por la inesperada ausencia de Rory McIlroy del British Open –el norirlandés se rompió un ligamento jugando al fútbol con amigos y podría perder el número uno mundial en el caso de que Jordan Spieth consiguiera la victoria– el mundo del golf estaba pendiente de si otro Top 10 iba a ser de la partida durante la disputa del tercer Major de la temporada sobre la hierba de St. Andrews. Por suerte, Jason Day ha confirmado su presencia en suelo escocés la próxima semana.
Y es que el australiano protagonizó una de las anécdotas del US Open, cayendo desplomado al suelo durante la disputa del segundo día de competición debido a un ataque de vértigo, tal y como confirmaron minutos después los médicos que se desplazaron hasta el propio complejo de Chambers Bay. Por suerte, todo parece indicar que ya se conoce el origen de la dolencia y que nada le va a impedir al número 8 mundial estar sobre el tee de salida el jueves.
“Hablé con Jason Day sobre su vértigo y me dijo que le diagnosticaron una infección viral que estaba atacando los nervios del oído interno. Él está ahora mismo con medicación y con muchas ganas de participar en The Open”, confirmó en un tweet Todd Lewis, periodista de Golf Channel. Precisamente fue este mismo medio de comunicación el que tranquilizó a los fans del australiano afirmando que las probabilidades de recaída existen, pero son mínimas.
“Day se reunió recientemente con el doctor John Oas, especialista en neurología y vértigo en Ohio State. Después de revisar los análisis de sangre y dos estudios del sueño, Oas diagnosticó que Day tenía una infección en el oído derecho. Es posible que pueda sufrir otro episodio de vértigo, pero su medicación disminuye significativamente las posibilidades”, recalcaron desde la cadena.
Jason Day participará en su quinto British, un torneo que no se le da especialmente bien pues, pese a pasar todos los cortes, su mejor posición ha sido un T30 en el año 2011. Un año antes tuvo lugar su único contacto hasta la fecha con St. Andrews y finalizó en el T60. Un bagaje escaso al que seguro tratará de poner remedio.