Un simple puesto puede marcar la diferencia entre estar entre los mejores jugadores del mundo o quedarte como uno más del grupo perseguidor. Y si no que se lo digan a Chris “Captain” Kirk, que la semana que viene verá cómo se esfuma la posibilidad de clasificarse directamente para los cuatro Majors de la temporada.
Y es que el jugador de Knoxville (Tennessee) pasará del puesto 50 del ranking mundial al número 51, una diferencia que puede parecer nimia pero que supone un gran salto en tanto que los 50 primeros tienen asegurada su presencia en los Grandes de la temporada.
Quién se lo iba a decir el pasado mayo, cuando aventajó en un golpe a Jason Bohn, Brandt Sneker y Jordan Spieth para alzarse con la victoria en el Crowne Plaza Invitational en el Colonial Country Club de Texas. Allí conseguía su cuarta victoria en el circuito norteamericano y ascendía hasta el número 16 del mundo, su mejor clasificación de todos los tiempos.
Kirk estaba confiado, podía ser su año. Sus resultados en Augusta y en el US Open no habían sido del todo malos, y buscaba dar la sorpresa en el British Open. Sin embargo, la misma semana en la que tendría que viajar al Old Course de St. Andrews la diosa fortuna le dio la espalda. Una tarde, mientras jugaba con sus hijos, se produjo una lesión en su mano derecha que le iba a tener apartado de los campos de golf seis semanas, con lo que se perdía la cita en Europa y el PGA Championship.
Tras superar su percance acudió a los PlayOff de la FedEx Cup, pero su juego se resintió por el parón y no pudo obtener el billete para el Tour Championship. Y hasta hoy. El golfista estadounidense ocupa en estos momentos el puesto 50, pero ya sabe que el inglés Lee Westwood se adueñará de esa plaza en apenas unas horas. Así, Kirk sólo tiene asegurada su participación en Augusta y deberá pelear de lo lindo para hacerse un hueco en cada torneo importante.
Un claro ejemplo más de que el mínimo detalle puede dar al traste con los planes de una temporada. A partir de ahora llevará mucho más cuidado cuando juegue con los peques.