Brooks Koepka ha defendido con éxito el título conquistado hace ahora un año, gesta solo realizada por otro estadounidense en la era moderna del golf, Curtis Strange (1988 y 1989). Koepka levantó por segunda vez el trofeo del US Open, uno de los más deseados en el mundo del golf, copa que a diferencia de otros Grandes, como el Open Championship cuyo trofeo es conocido como la Jarra de Clarete o el PGA Championship cuya pesada copa es reconocida en el mundo entero como la Wanamaker, carece de nombre.
El trofeo actual data de 1947 y es una réplica del original creado por la Gorham Company empresa estadounidense en 1895, año en que tuvo lugar el primer US Open en el campo de nueve hoyos de Newport (Rhode Island) donde diez profesionales y un ‘amateur’ comenzaron el torneo a 36 hoyos, a cuatro vueltas en el campo mencionado. El ganador por sorpresa fue Horace Rawlins, de 21 años, un profesional inglés quién además de la copa de llevó 150 dólares y una medalla de oro.
La copa original resistió poco más de medio siglo al quedar destruida a consecuencia de un incendio mientras se exhibía en la Casa Club del Tam O’Shanter Golf Course, hogar golfístico de Lloyd Mangrum campeón de la edición de 1946. Dicho trofeo mide 45 centímetros de alto y 6 de diámetro y pesa casi 4 kilos, exactamente 3,855.
En el trofeo se puede leer «United States Golf Association Open Championship«, debajo de ello una corona de laurel rodea una escena que muestra a cuatro golfistas. La tapa del trofeo está coronada por una figura femenina alada que representa a Victory, la Diosa de la Victoria quién levanta una corona en alto con una de sus manos. Los nombres de los campeones se inscriben en una peana que se va incrementando según la necesidad. Como curiosidad decir que el campeón puede elegir como quiere que se inscriba su nombre, con apodo, nombre y apellido, apellidos, etc.
Por último, el campeón, al igual que ocurre con la Jarra de Clarete o la icónica Chaqueta Verde de Augusta, puede disfrutar del trofeo durante su reinado teniéndolo que devolver al año siguiente a la USGA. Los ganadores, al igual que el campo que acoge el torneo, pueden encargar una réplica a la empresa orfebre de la USGA, siendo ésta más pequeña, el 90% de su tamaño.