El Oso Dorado concedía el último putt en el último partido en la Ryder Cup de 1969 produciéndose con ello el primer empate en la historia del torneo
Esta semana se disputa la primera prueba de las cuatro pruebas que componen las Series Mundiales, el Workday Championship at The Concession, evento que se disputa en el complejo de Florida del mismo nombre, diseño de Jack Nicklaus y Tony Jacklin inaugurado en 2006. Un nombre que lleva tras de si una bonita historia que nos traslada hasta 1969 a la 18ª edición de la Ryder Cup.
Se habían celebrado 17 ediciones de la Ryder Cup, evento bienal entre Estados Unidos y Europa (en aquella época entre Estados Unidos y Gran Bretaña) con tan solo tres victorias por parte de los golfistas isleños, las de 1929, 1933 y 1957, sin empate alguno hasta ese momento.
Fue en el último partido de esa edición, una de las mejores y más competitivas en la historia del torneo ya que 18 de los 32 partidos se decidieron en el último green, cuando se produjo uno de los momentos más memorables en la historia del golf elevando el Fair Play a lo más alto del deporte.
Fue en el green del 18 cuando Jack Nicklaus, quién jugaba su primera Ryder, concedía el último putt a Tony Jacklin, que venía de ganar a sus 25 años el Open Británico, desde una distancia de dos pies, unos 60 centímetros, un putt que de haberlo fallado el inglés la victoria se habría decantado del lado estadounidense y que concediéndolo se producía el primer empate en la historia en la mayor competición mundial de golf por equipos (16 a 16).
«No pensé que pudiese fallar ese putt, pero en esas circunstancias, nunca le daría esa oportunidad. Nosotros ya habíamos retenido el trofeo y no teníamos nada que perder, sin embargo para él habría sido un error humillante que habría puesto en jaque su carrera«, declaraba el Oso Dorado tras la competición.
Ese gesto de Nicklaus pasó a la historia como «La Concesión» marcando el comienzo de una amistad duradera entre ambos jugadores que dura más de medio siglo. Esa fue la inspiración para The Concession Golf Club cerca de Sarasota en Florida. Si bien la concesión ahora se considera uno de los mayores actos deportivos del mundo, el capitán de Estados Unidos, Sam Snead, terminó enfurecido porque se había perdido la posibilidad de una victoria absoluta por parte del equipo de Estados Unidos.
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