Martin Slumbers, presidente ejecutivo de la R&A, lo tiene claro: ha llegado la hora de que los jugadores lentos sean nombrados y avergonzados en público ante lo que considera un comportamiento “egoísta” y una forma “de hacer trampa”.
Esta idea fue lanzada hace solo unos días por el directivo británico durante el segundo y último día de un simposio realizado en St. Andrews sobre el ritmo del juego. En estas charlas, cuyo principal atractivo era comprobar cuántos golfistas se habían pasado de la raya con el tiempo en el último año, se puso especial atención a la figura de Jordan Spieth, el actual número uno del mundo.
El golfista texano fue señalado por su excesiva pasividad en el Open Championship de este año como un ejemplo de lo que no hay que hacer sobre un campo de golf. Para ser exactos, se centraron en su actuación durante la tercera ronda, momento en el que compartió partido con el castellonense Sergio García.
“Pese a ser uno de los jugadores más rápidos a la hora de jugar, Spieth pasó por alto el aviso de los funcionarios en relación a la demora de tiempo. Sergio hizo un esfuerzo, y en el noveno tee se lo agradecí. A Jordan, por el contrario, le recriminé no haberse dado más prisa”, afirmó Kevin Feeney, uno de los árbitros del circuito europeo.
Asimismo, se reveló que 24 jugadores han tenido una penalización por este motivo a lo largo de toda la historia del European Tour, una infracción que primero se comunica verbalmente y, si persiste, se multa de forma económica. Desde Seve Ballesteros pasando por dos integrantes del último equipo de la Ryder Cup como Nicolas Colsaerts o Jamie Donaldson, muchos fueron sancionados desde que el circuito europeo pusiera en práctica esta medida de presión.
Sin embargo, hay un dato positivo: “Ningún jugador ha sido multado por este motivo en los dos últimos años”, como señaló Feeney. Pero no es suficiente, porque los avisos siguen existiendo. Muchas voces apuntan a que la única manera de hacer daño a los golfistas es causándoles un perjuicio en su tarjeta, no en su cartera.
“He jugado con personas en Estados Unidos que afirman que solo llevan las chequeras encima para pagar las multas por juego lento. Es una actuación horrible, porque están creando sus propias reglas. Creo que la única manera de hacerles daño es castigar con golpes de más en su tarjeta”, comunicó Stephen Gallacher.
Pero esta medida generó dudas, y Slumbers pareció dar con la clave. “Creo que hay un miedo a publicar nombres”, afirmó el directivo en referencia a los culpables de estas infracciones. “Por esto creo que sería bueno para el diálogo que se publicaran algunos nombres y números tanto en los clubes como en los torneos”.
El objetivo parece claro: avergonzarlos. Ahora falta por ver si es suficiente con esto.
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