Hablar de Lanzarote es hablar de cultura, de volcanes, de naturaleza, de historia, de turismo, de deporte, de ecología. Es hablar de arte, de tradiciones, de símbolos y de muchas otras cosas más. Y por supuesto es hablar de César Manrique, artista artífice de lo que hoy es esta isla canaria, poseedor del premio mundial de Ecología y Turismo, entre otros muchos galardones.
Esta isla, la cuarta en extensión del archipiélago aunque la tercera más poblada, es una auténtica joya que acoge a sus visitantes con los brazos abiertos desde que allá por 1967 se pusieran en marcha los primeros establecimientos turísticos.
Más de medio siglo después, Lanzarote atrae a casi tres millones de turistas al año (2019) que van más allá del sol y playa. Una de sus apuestas es el deporte y una muestra de ello fue la celebración de la I Copa de Medios by Grand Teguise Playa, avance del X Lanzarote Golf Tour AESGOLF – Trofeo Grand Teguise Playa, gracias al Ayuntamiento de Teguise, el Hotel Resort 4 estrellas Grand Teguise Playa y Turismo de Lanzarote quienes están lanzados a posicionar la Isla como uno de los destinos imprescindibles de golf dentro de Canarias.
Un evento que reunió a una veintena de periodistas españoles especializados en golf, viajes y gastronomía, quienes pudieron disfrutar de los dos campos de golf que la isla posee, Golf Costa Teguise, campo situado al pie de un antiguo volcán con impresionantes vistas al Océano Atlántico en el que su bunkers de picón y su rough de piedras volcánicas exigen no perder la calle. Y Lanzarote Golf, un oasis para aquellos amantes del golf sedientos de experiencias únicas mucho más amable para los hándicaps altos.
Pero si por algo destaca la llamada “isla de los volcanes”, es por su manto volcánico que se extiende a prácticamente toda su superficie a consecuencia de sus diferentes erupciones, una de las más importantes la ocurrida en 1730 y que durante seis años no paró de vomitar lava y escorias lo que transformó por completo esta isla considerada desde 1993 Reserva de la Biosfera por la Unesco.
Aunque si hay un nombre que destaca, ese es el de César Manrique quién durante finales de los sesenta y las década de los 70 y 80 se dedicó a crear espacios que se integraran en el entorno natural. El Taro de Tahiche, su casa convertida en la Fundación César Manrique, Los Jameos del Agua, Los miradores Del Río, La Peña o El Palmarejo, el Lago de la Costa de Martiánez, son algunas de sus obras.
Declarado Parque Nacional el 9 de agosto de 1974, el espacio natural de Timanfaya es la joya de la corona. Con más de 25 volcanes, algunos de ellos emblemáticos, es el segundo Parque Nacional en número de visitas de Canarias, tras el del Teide en Tenerife. En 2020 recibió más de millón y medio.
Un entorno único en el que además se puede disfrutar de una rica y variada gastronomía en la que destacan su pescado y marisco, sus quesos de cabra, o las papas «arrugás» con mojo. Todo ello en perfecto maridaje con unos vinos de calidad gracias a unas viñas que se extienden a lo largo y ancho de la isla de singular plantación.
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