“Cuando México está enviando a su gente a nuestro país, no está enviando lo mejor de lo mejor. Están viniendo las personas que tienen un montón de problemas, y que van a compartir esos problemas con nosotros. Están trayendo drogas. Están trayendo crimen. Son violadores. Aunque algunos, imagino, serán buenas personas”. Estas fueron las palabras sobre la inmigración mexicana que el multimillonario Donald Trump manifestó hace un mes en una entrevista, tras anunciar la decisión de presentarse como candidato a la dirección republicana para las elecciones presidenciales del próximo año en Estados Unidos.
Las declaraciones ya suscitaron un enorme revuelo en su momento, pero no tanto como las de esta semana. Trump, gran amante del golf –no en vano es dueño del campo de Turnberry, sede del British Open en el año 2009– afirmó este pasado martes en Golf Channel que tenía “un gran apoyo desde el mundo del golf”.
“Todo el mundo sabe que tengo razón respecto al tema de la inmigración”, fueron las palabras del norteamericano, al tiempo que recitaba que él estuvo siempre al lado de este deporte “mientras todos los demás huían”, en un intento de recordar a las organizaciones todo el dinero invertido durante años. Sin embargo, la estrategia le sirvió de poco.
No han sentado bien estos comentarios en el seno del golf mundial. El PGA de América, el PGA Tour, la USGA y la LPGA, a través de un comunicado, han manifestado su “rechazo absoluto” a las afirmaciones del magnate estadounidense y han decidido distanciarse de sus palabras, que consideran “incompatibles” con los valores de este deporte. “En respuesta a los comentarios del señor Trump sobre la industria del golf en los que afirmaba que le dábamos la razón respecto a sus declaraciones sobre los inmigrantes mexicanos, hemos de declarar que esas afirmaciones no reflejan los puntos de vista de nuestras organizaciones. Nosotros consideramos que esas palabras son incompatibles con nuestro firme compromiso de ambiente inclusivo y acogedor en el juego del golf”.
El jueves, un portavoz del R&A fue por el mismo camino y, en nombre del Royal and Ancient Golf Club de St. Andrews, afirmó que “el golf debe estar abierto a todos”, un sentimiento que comparte la totalidad de organizaciones de golf de Estados Unidos. La carrera presidencial no ha hecho más que empezar y Trump ya se ha llevado unos cuantos reveses -no hay que olvidar su enfrentamiento dialéctico con Randy Falco, presidente de Univisión-. Veremos si puede levantarse.
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