Sabemos que no son más que números y probabilidades, pero la alegría que sentimos al ver que las casas de apuestas a nivel global sitúan al castellonense a las puertas del oro olímpico nos hace ser optimistas respecto a su actuación en Marapendi. Y es que si hay un mercado que sirve de base para calibrar las opciones de triunfo de cualquier deportista o equipo en cualquier deporte del mundo, ése es el de las apuestas deportivas –y si ya es el de Las Vegas, mucho mejor-.
Miles y miles de personas trabajan los 365 días del año por dotar de sentido a las cuotas que se ven reflejadas con un simple número al lado de cada deportista. Desde el nivel de forma, el tipo de campo o hasta la vida privada son variables a tener en cuenta para ajustar como nadie las probabilidades de triunfo de cada jugador. Es por esto por lo que si en Las Vegas pagan siete dólares por dólar apostado en relación a la victoria de Sergio García, mucho deberían cambiar las cosas para no verle arriba en la clasificación al término de los 72 hoyos el domingo.
Por delante de él solo un hombre, el sueco Henrik Stenson, que ha llegado en una forma envidiable a la cita olímpica después de arrasar con autoridad en el Open Championship disputado en Escocia y pelear hasta el final en Baltusrol por el triunfo junto a Jimmy Walker. El golfista escandinavo, de 40 años, está viviendo el momento más dulce de toda su carrera, y no sería extraño verle pelear por una medalla.
Y no se crean que hay que bajar mucho más en esta particular clasificación para ver a Rafa Cabrera-Bello. El canario es el décimo favorito para conseguir el oro, pagándose su victoria a 28 dólares por dólar apostado, por delante de nombres importantes dentro del mundo del golf como Padraig Harrington, Thongchai Jaidee, Byeong Hun An o Soren Kjeldsen. Veremos en qué queda todo, pero los analistas nos dan esperanzas de soñar no solo con una, sino con dos medallas. ¿Se imaginan? Un regreso por la puerta grande.