A Phil Mickelson le crecen los problemas, y ya no solo los relacionados con su juego. Lefty deberá dar una explicación de por qué su nombre sigue ligado con algunas investigaciones federales que se están llevando a cabo contra personas de dudosa reputación. El año pasado, el ganador de cinco Majors y uno de los golfistas más populares de todo el PGA Tour, quedó conectado con una pesquisa policial por tráfico de información privilegiada, pero quedó absuelto de toda culpa (Leer más: Phil Mickelson investigado por el FBI por utilizar, presuntamente, información privilegiada.
Este pasado lunes, doce meses después, Mickelson ha vuelto a colocarse en el punto de mira, cuando un informe elaborado por la ESPN citó documentos judiciales que vinculan al californiano con una operación de juego –las apuestas son ilegales en 49 de los 50 estados del país norteamericano–.
Phil Mickelson está acusado de haber transferido casi tres millones de dólares a un intermediario de apuestas, de acuerdo con el informe. El intermediario en cuestión es Gregory Silveira, que se declaró culpable de tres cargos de lavado de dinero de los fondos de un “cliente de apuestas” entre febrero de 2010 y el mismo mes del año 2013. ¿Será el golfista este cliente? Todavía es pronto para saberlo, pero aunque el deportista de 45 años no aparece citado en ningún lado en los papeles de la investigación, fuentes cercanas al caso indican que con toda probabilidad él es el hombre.
Lefty es uno de los golfistas más admirados y respetados del golf mundial y esto podría suponer un duro golpe a su imagen. Es difícil saber con exactitud, a día de hoy, lo que es verdad y lo que es ficción, es por eso por lo que la gente espera una respuesta de Phil. Viéndolo con la perspectiva de otro país podríamos pensar que si los tres millones eran solo un poco de recreación inofensiva, ¿quiénes somos nosotros para juzgarle moralmente? Sin embargo, Estados Unidos es una nación donde este pasatiempo está perseguido-salvo en el estado de Nevada- y poco importará la labor social del golfista durante tantos años. La percepción sobre él cambiará por completo.
Si resulta estar detrás de esta trama podría perder de un plumazo todo el respeto conseguido en más de 20 años de dilatada trayectoria. Diría adiós al sueño de cualquier golfista de tener una vejez dorada donde todos le veneren, al estilo de lo que sucede en la actualidad con Jack Nicklaus o Arnold Palmer. El de San Diego se enfrenta a uno de los golpes más complicados de su carrera, ¿podrá salir airoso de la entrada a bunker, esta vez?