Billy Casper nos dejó el pasado mes de febrero a los 83 años, después de toda una vida dedicada al golf. El jugador natural de San Diego es considerado por muchos uno de los mejores de la historia en el juego corto debido a su fiabilidad desde los greenes.
Sin embargo, a pesar de sus 69 victorias como profesional, Buffalo Bill quedó en un segundo plano durante toda su trayectoria al ser contemporáneo del Big Three conformado por Jack Nickaus, Arnold Palmer y Gary Player.
Aun así, Casper se ha ganado un lugar entre los mejores. El público guarda un especial cariño de sus victorias y de su forma de ser, una personalidad caritativa con la que demostró estar un paso más allá del mero hecho del juego. Tanto es así que, diez meses después de su fallecimiento, su espíritu altruista sigue presente en el ambiente.
Y es que se acaba de hacer público que a principios de 2014 el propio Casper se acercó a Green Jacket Auctions –una de las empresas más conocidas de Estados Unidos encargada de subastar objetos de coleccionista del mundo del golf- para vender sus trofeos y premios y donar el dinero a causas benéficas.
“Cuando le prometimos un adelanto en efectivo de seis cifras nos dijo que le visitáramos en su casa y que lleváramos la chequera preparada”, afirmaba un comunicado en la página web de la empresa. “Cuando hicimos el inventario le dimos uno de los cheques más grandes de toda nuestra historia. Él nos comentó que todo iba a destinarlo a la caridad”.
Las pujas, que se cerraron la semana pasada, recogieron un total de 410.276 dólares, gracias en parte a los 88.000 dólares recabados por la caja de puros de plata de ley que le concedieron al ganar el Masters de Augusta en 1970 o el trofeo del US Open de 1966, por el que una persona ha desembolsado más de 95.000 dólares.
A buen seguro Billy estaría orgulloso de las muchas acciones solidarias que se podrán hacer con todo ese dinero.