El 45º presidente de los Estados Unidos se ha propuesto no dejar títere con cabeza en cuanto a reformas llevadas a cabo por su predecesor se refiere. Si hace unas cuantas semanas echaba por tierra la ObamaCare –la ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible- como una de sus primeras medidas al mando, ahora su ojo se ha detenido en el medioambiente. Trump, orgulloso negacionista del cambio climático, está llevando a cabo una serie de disposiciones que podrían traer cola en relación a este tema en solo unos meses, como nombrar a Scott Pruit –otro célebre partidario de la inexistencia de este gran problema que afecta al mundo entero como responsable de la Agencia de Protección Ambiental-.
Aunque en esta ocasión, su nueva “brillante idea” podría estallarle en las manos. ¿La razón? Podría tener intereses personales en el asunto relacionados con sus campos de Golf que le obligarían a paralizar la derogación de una ley que explicaremos a continuación. Hablamos de la “Norma sobre Agua Limpia de Estados Unidos”, impulsada por Obama en 2015 que autoriza al Gobierno federal a limitar la contaminación de las masas de agua en Estados Unidos, como punto fuerte para tratar de frenar el daño al medioambiente.
¿Qué implica esto? Sí, más gastos. El tener que tratar el agua con el que 1/3 de la población estadounidense se suministra supondría un aumento de los costes, lo que ha generado las quejas de los agricultores… y de Trump, que posee una docena de campos de Golf en el país norteamericano que necesitan el agua como elemento básico de supervivencia. Esto ha generado multitud de críticas por parte de otros políticos, que ven esta acción del republicano la medida perfecta para mitigar los costes de sus negocios.
“Este conflicto de intereses es preocupante, y su fracaso en el hecho de no poder separarse del todo de sus negocios plantea muchas cuestiones acerca de las medidas que está llevando desde la Casa Blanca”, afirmó Scott Amey, consejero general del Proyecto de Supervisión del Gobierno.
¿Casualidad? ¿Cosas del destino? Lo cierto es que nos cuesta mucho trabajo creer en que la divina providencia ha tenido algo que ver en esta ocasión, y más tratándose de una persona que reconoció sin tapujos en plena carrera presidencial que eludió impuestos al mismo tiempo que regaba la flor de su ego destacando su brillante mente para la estrategia económica.