A pesar de que Florida ha sido uno de los estados donde más se están notando los estragos del COVID-19, todavía hay zonas en las que los campos de Golf continúan abiertos y los jugadores pueden seguir disfrutando de su deporte favorito. Pero no es así en toda la región. De hecho, en el sur ya son tres los condados que se han visto obligados a cerrar para evitar la difusión de esta enfermedad… Aunque que sus puertas no se encuentren abiertas no es óbice para que no puedan seguir ayudando en un momento tan extraordinario como éste.
¿Cómo? Pensarán. Pues apoyando a todos los hospitales de la región mediante una original iniciativa con la que canalizar los numerosos fondos que están llegando estas últimas semanas por parte de clubes privados. El funcionamiento es bien sencillo: el personal del South Florida PGA contacta con los hospitales para preguntarles qué tipo de asistencia necesitan y son ellos quienes les hacen llegar el dinero para que puedan comprar tanto alimentos como proporcionar asistencia financiera a todos los trabajadores de la salud que se encuentran en primera línea en estos momentos. Según un informe publicado en el Palm Beach Post, decenas de clubes se han unido a este programa que nació en Nueva Jersey y que ha conseguido instalarse en la costa oeste.
La semana pasada, el St. Andrews CC de Boca Ratón donó cuatro mil dólares con los que ayudó a alimentar a 400 trabajadores. “La respuesta tanto de St. Andrews como de la comunidad en general está siendo tan abrumadora que pedimos a las personas que coordinen los alimentos donados a través del hospital. Lo último que queremos es que un montón de gente acuda el mismo día a entregar comida”, reconocía Mark Larkin, presidente de la Boca Raton Regional Hospital Foundation. Después de todo, “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”, como decía el escritor Eduardo Galeano.