Resta menos de año y medio para disfrutar de los Juegos Olímpicos y, con ellos, de la vuelta del golf a uno de los eventos deportivos más importantes del planeta. Y parece que hay lío a la vista con las pruebas antidoping.
Pongámonos en situación. El PGA Tour adoptó en 2008 su programa antidoping, que recibió desde entonces numerosas críticas por parte de medios de comunicación y de golfistas como consecuencia de la aplicación de la prueba –que se lo digan a John Daly–. Ahora es el jefe de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) el que también tiene sus reticencias con el programa impuesto por el circuito.
Aunque el PGA Tour considera que su plan es todo un éxito, la prueba excluye determinadas sustancias, hace caso omiso de la mayoría de aspectos de transparencia y fija distinciones entre drogas para mejorar el rendimiento y drogas recreativas, aspecto que la WADA no distingue.
“Están despegándose cada vez más de nosotros, pero en ocasiones dicen que siguen algunas de las reglas que tenemos. Hacen un poco de revoltijo ahora mismo”, explicó el director general de la WADA David Howman en una entrevista concedida a Golfweek. Estas declaraciones no han tardado en obtener respuesta por parte del portavoz del Tour Ty Votaw, que deja claro que pese a estar en estrecha colaboración, el PGA Tour nunca se comprometió a acatar todo el programa de la WADA.
“Estamos igual que otros deportes profesionales en Estados Unidos. No creo que Howman pueda impugnar el hecho de que trabajamos codo a codo con la WADA en el desarrollo del programa. Además, en todo momento les explicamos el porqué de tomar unas determinadas decisiones y ellos no expresaron ninguna preocupación”, declaró Votaw.
Lo que sí que es cierto es que la Federación Internacional de Golf (IGF), signataria del programa WADA, va a dar su brazo a torcer y pondrá en práctica el régimen completo de controles antidoping para aquellos jugadores que podrían competir en los próximos Juegos Olímpicos. Este protocolo permite realizar pruebas de sangre y orina sea o no el día de la competición en cualquier lugar del mundo.
El grupo de jugadores que deberá someterse a las pruebas estará basado en el ranking de clasificación olímpica, que está siendo actualizado semanalmente. Se requerirá que dichos jugadores tengan plena disponibilidad para las 13 semanas previas al evento, a partir del 6 de mayo, con un horario de 5 de la mañana a 11 de la noche.
Este podría ser un pequeño paso para un cambio en el programa antidrogas del PGA Tour, pequeñas modificaciones que ya ha confirmado el comisionado Tim Finchem.