2015 será un año de buena salud para las estrellas del golf. 97 jugadores ganaron el año pasado más de 1 millón de dólares en el PGA Tour, y todo indica que, patrocinios mediante, esta tendencia va a continuar así.
Pero el golf vive horas bajas en sus categorías de base y a nivel amateur. La afición por este deporte cae en sus tres bastiones tradicionales: Estados Unidos, Reino Unido e Irlanda.
De hecho, en EEUU 400.000 jugadores dejaron de practicar golf en 2014, según varios estudios, aunque la National Golf Foundation (NGF) rebate estas cifras: “no coinciden con nuestros datos”.
A pesar de ello, otra lluvia de cifras advierte de que, en la última década, en Estados Unidos se han perdido cinco millones de golfistas, un 20 por ciento del total. Y además, bajan los nuevos aficionados: un 20 por ciento menos de nuevos jugadores de entre 16 y 25 años, según dice Sport England.
Causas
Las causas apuntan a tiempo y dinero, dos factores clave para jugar actualmente a este deporte. Ya lo dijo Jack Nicklaus: “me gustaría jugar a un juego que, en vez de tener lugar en tres horas, pudiera conseguir un poco de gratificación razonable muy rápidamente y sin costarme un ojo de la cara”. Lo dice un 18 veces campeón de Majors.
Por tanto, una de las opciones pasa por superar el concepto tradicional de campo de 18 hoyos. También es importante acercarse a las nuevas formas de comunicación. Junto a todo ello, toda una gama de variantes del golf son ofrecidos: desde hoyos más amplios, pasando por el footgolf o el discgolf. El objetivo es recuperar tiempos mejores.