Un inicio dubitativo en este 2015 han despertado las dudas sobre si el actual número uno del mundo podrá conseguir la Chaqueta Verde en Augusta. Aunque es cierto que en el WGC-Cadillac fue de menos a más, no pueden obviarse los problemas del norirlandés a la hora de sortear los obstáculos del Blue Monster de Doral.
Es por esto que McIlroy advirtió que sus putts, aunque han mejorado, “pueden ser vulnerables” en los greens de Augusta por la rapidez con la que se desliza la bola sobre la hierba. Ya queda menos de un mes para la primera gran prueba del año, y el jugador británico charló con el periodista de Golf Digest Jaime Díaz, entre otras cosas, sobre las posibilidades reales para alzarse con su primera chaqueta verde.
“Augusta y el US Open son, probablemente, los circuitos más difíciles para mí. Se requiere mucha disciplina y precisión, y eso es algo que todavía estoy aprendiendo. Es cierto que gané un US Open, pero fue diferente, porque la hierba estaba mucho más húmeda de lo normal”, afirmó el norirlandés, para el que ganar en Augusta supondría “un paso más hacia la meta de ser un jugador más completo”.
El golfista de 25 años tuvo tiempo de dar un repaso a su vida privada, y de comentar cómo el fin de la relación sentimental con la tenista Carolina Wozniacki provocó un renacimiento en su juego. “Después de la ruptura pensé que sumergirme de lleno en el golf era la única manera de dejar de pensar en ello. Pasé más horas en el campo y en el gimnasio porque sentía que eso era lo único que me apetecía hacer. Si quiero ser el mejor tengo que trabajar duro”, afirmó.
El ganador de cuatro Majors también habló de su relación con Tiger Woods, la que calificó como “estupenda”. “Se porta muy bien conmigo. Sabe que mi carrera está siendo muy parecida a la suya, y ya me ha dicho en varias ocasiones que está ahí para lo que necesite”. McIlroy estará presente la próxima semana en el Arnold Palmer Invitational, torneo en el que intentará perfeccionar sus golpes para participar con las máximas garantías posibles en Augusta.