Un pueblo mediterráneo con magníficas vistas. Así es como se percibe Meliá Villaitana cuando uno toca, huele y siente desde dentro lo que es vivir por unos días siendo parte activa de una de las cadenas hoteleras más prestigiosas del panorama mundial.
Y es en la Costa Blanca donde estos sentimientos tienen su clímax, pudiendo disfrutar de un enclave espectacular al abrigo de las sierras y de la Gran Bahía de Benidorm que no hace sino dibujar una estampa perfecta para que sus vacaciones, desconexiones o reuniones de negocio tomen otro cariz distinto al habitual. Y esto por no hablar de sus espectaculares instalaciones.
Si hay algo que sorprende a todo aquel que visita por primera vez Meliá Villaitana es su calidez, tanto personal como ambiental. Una arquitectura trabajada en base a las poblaciones cercanas de la costa, unida a un exquisito gusto a la hora de llevar a cabo la mise en place ornamental da como resultado un imponente complejo de gran impacto visual donde el color verde juega un papel fundamental en esta ecuación. Sus dos campos de golf de 18 hoyos, Jack Nicklaus Design, dan buena cuenta de ello. Y eso por no hablar de los recién estrenados campos de fútbol gracias a la colaboración con Football Impact, que permitirá que equipos del centro y norte de Europa lleven a cabo en estas instalaciones sus stage de invierno.
Pero no solo de actividad física viven sus huéspedes. Sus 5000 metros cuadrados de piscinas, el arrullo del mar Mediterráneo en el ambiente y su moderno Wellness Center, con otros 1200 metros cuadrados dedicados a la relajación y al cuidado del cuerpo, forman un increíble tándem que va como anillo al dedo a todos aquellos que vienen a Meliá Villaitana buscando el relax del que carecen en las grandes ciudades.
El centro de convenciones, en el que 17 salas completan sus 6000 metros cuadrados, es otro de los lugares que hacen de este resort con dos hoteles –The Level at Meliá Villaitana y Meliá Villaitana- uno de los grandes atractivos a nivel nacional. Y qué decir de la playa artificial o de su gran variedad en pistas de tenis y pádel. Todo ello bajo un clima envidiable y una estampa como pocas a lo largo y ancho de España.