En multitud de ocasiones hemos visto subastas benéficas del tipo: “¡Puje por ella y consiga una ronda de juego con X jugador! ¡Conozca las instalaciones de X complejo si se hace con esta subasta!” Y lo cierto es que está muy bien. Todo el mundo gana. Por una parte se recauda el dinero suficiente para lograr la causa que se persigue y por el otro se da un auténtico homenaje conociendo a una persona o un lugar por el que siente especial devoción y que de otra manera sería inaccesible.
Sin embargo, se tiene que tener muchísimo cuidado con lo que se puja. No porque sea una estafa y ese dinero no vaya a parar al sitio para el que se reclamó, sino porque la letra pequeña tiene preparadas, en ocasiones, algunas sorpresas desagradables. Como la del caso que nos ocupa, que nos permite disfrutar, aparentemente, de un día inolvidable de Golf. El premio incluye un partido el 21 o el 22 de mayo en el St. Charles Country Club de Illinois junto a dos estrellas del mundo del deporte como son Jason Day y Michael Phelps.
Nada más lejos de la realidad. Leyendo detenidamente la letra del contrato podemos apreciar que “el partido” junto a estas dos celebridades es un meet and greet de cinco minutos –ya saben, a imagen y semejanza de los grupos de música, donde los fans más afortunados tienen la oportunidad de que sus ídolos les firmen cosas, de hablar con ellos y, sobre todo, de tomarse unas cuantas fotos-.
Y aquí es donde reside el otro de los grandes problemas de la cita conseguida en la subasta: está prohibido obtener imágenes –eso por no contar que tanto el alojamiento como el viaje no están incluidos-. En definitiva, una ruina para el bolsillo sobre la que tiene la oportunidad de evitar la sorpresa leyendo con atención la letra pequeña. ¿El precio estimado de adjudicación? Unos nada despreciables 60.000 dólares.