Hace unas semanas hablábamos de cuánto podía ganar un caddie en el transcurso de la temporada. “¿Un caddie? No mucho”, pensaría alguno de ustedes antes de leer el análisis. Pero lo cierto es que su salario es increíblemente alto –sobre todo si se llama Michael Greller y se encarga de llevarle los palos a Jordan Spieth-.
Y es que la victoria del golfista texano en la FedEx Cup llenó de gozo y de billetes los bolsillos del que, hasta hace unos años, era un profesor más de matemáticas que acompañaba a los golfistas por los campos de golf por puro entretenimiento.
Los números son claros. Siendo conservadores, los golfistas suelen entregar a sus caddies el 5 por ciento de sus ganancias en el caso de pasar el corte en un torneo; el 7 por ciento si consiguen un resultado entre los diez primeros y el 10 por ciento si se adjudican la victoria.
Utilizando estos guarismos podemos deducir que Greller se ha embolsado durante este curso más de un millón cien mil dólares que, sumado a la más que probable bonificación por la FedEx Cup –así es como lo hizo Billy Horschel el pasado año- da como resultado un magnífico montante de 2.120.000. Casi nada.
Y es que ya lo dijo Spieth tras conseguir vencer en el Tour Championship: “Este dinero lo que me permite hacer es cuidar de las personas que me han dado la oportunidad de llegar hasta donde he llegado”. Sin lugar a dudas, Greller es una parte muy importante en su día a día y este no es más que un premio a la valentía, al coraje de un profesor de matemáticas que dejó su trabajo estable en un instituto para hacer realidad su sueño.
Si Greller fuera jugador profesional –y no contáramos el millón de euros del bono de la FedEx Cup- esta temporada habría finalizado en el top100 de ganancias, exactamente en la posición 91, entre Martin Laird y Morgan Hoffmann. Y ni qué decir tiene que ha conseguido este curso el cuádruple de dinero que lo recaudado por un personaje como Tiger Woods -448mil dólares-. Para que luego digan que con esta profesión no se puede hacer uno rico.