Hay formas y formas de prescindir de los servicios de un caddie o a un entrenador. Algunos, como Tiger Woods, prefieren hacerlo por teléfono, tal y como confesó Steve Williams que hizo con él el californiano –un método poco ético, por otra parte-. Otros, como Phil Mickelson, eligen hacerlo con tacto. Y es que la imagen de señorío y caballerosidad que ha acompañado la carrera de Lefty está muy por encima de todo lo demás.
Recientemente, el jugador de San Diego decidió finalizar su relación laboral con Butch Harmon, el que había sido su entrenador durante los últimos ocho años con el que ganó 15 títulos alrededor del mundo incluidos el Masters de Augusta de 2010 y el Open Championship de 2013 en Muirfield, dos de los cinco Grandes que posee.
Esto no es nada nuevo en el deporte actual, donde todos los días se viven situaciones de este tipo. Sin embargo, Mickelson ha preferido desmarcarse de la corriente existente en lo relativo a despedidas, y él lo ha hecho cara a cara.
Para ello, el deportista de 45 años cogió un avión desde su San Diego Natal hasta Las Vegas. Una vez allí almorzó con Harmon y le comunicó la decisión adoptada, algo que agradeció su ya ex entrenador: “Es un gesto que le honra en los tiempos que corren. Estuvimos hablando cerca de dos horas y me estuvo razonando el porqué de la decisión. Me comunicó que ha llegado un punto en el que quiere buscar otra perspectiva, que quiere escuchar las cosas de una forma diferente. Estos dos últimos años ha sentido una gran frustración por los resultados en el circuito. Enseguida me di cuenta de que esta decisión era lo mejor para él. Quizá así pueda sentir un rejuvenecimiento en su juego y volver a demostrar todo lo que es capaz de hacer”.
Mickelson siente una gran admiración por Harmon, e incluso dejó la puerta abierta a un posible regreso en los próximos años: “Es un extraordinario profesional”, atinó a afirmar el golfista. “Consigue todo lo que se propone. No descartaría que trabajásemos juntos de nuevo”.
Tampoco parece tan difícil hacer las cosas con mimo y con un poco de sentido común. Ya podrían aprender muchos.