¿Sabías que en el Reino Unido ya hay 700.000 británicos (un 2.3% del total de trabajadores del país) que fueron empleados bajo la modalidad del contrato cero? Empleados que trabajan a comisión, supeditados a que la empresa les llame a cualquier hora, sin un salario mínimo, ni número de horas mes.
Más conocidos son los minijobs, contratos de remuneración baja y de contratación máxima de 15 horas a la semana, creados en Alemania, y que llevan funcionando desde el año 2003. Pues bien actualmente, este tipo de contratación, tan polémica, alcanza los cerca de 7 millones de empleados.
O el caso, tal como nos indicaba El País este pasado domingo, dejándome pasmado, con la flexibilidad y confianza en el empleado que hay en Suecia, que le permiten organizar su horario ya sea en casa o en la oficina, siempre y cuando se realice, eso sí, previamente pactado con tu jefe, compatibilizándolo con el ocio y el cuidado familiar.
“En este país, faltar al trabajo por la enfermedad de un hijo tiene un verbo propio: vab. Si un padre no hace vab, sus compañeros le mirarán mal”
¿Sabías por último que Méjico, según este artículo, es el país donde más horas se trabaja al año, con 2.268, mientras que en España estamos en 1.689, pero en Alemania sólo 1.371?
Algo está pasando, ese trabajador, atrapado en la cultura del presencialismo, que indica que “cuantas más horas pasas en la oficina, mejor trabajador se supone que eres”
Parece claro, por tanto que los contratos, los horarios, la necesidad de ocio y dedicación a la familia, el pago más vinculado a resultados, son asuntos e inquietudes que se están empezando a mover desde hace ya algunos años, y que nos debería hacer reflexionar, sobre el sistema de contratación actual en España y su rigidez laboral tan poco atractiva y productiva. La presencia ha perdido importancia.
“En Europa, quedarse hasta tarde en la oficina está mal visto. Lejos de generar admiración, es símbolo inequívoco de ineficiencia”
¿Cómo serán las contrataciones futuras en nuestro campo de golf? ¿Nos benefician algunas tendencias de las comentadas? ¿Se pueden adaptar a algunos de los trabajos que actualmente tenemos, a estas nuevas tendencias?
Algunos de los empleos en un campo de golf, está claro que no encajan probablemente en estas tendencias, pero otros, puede que sí, ¿no crees?
Estamos en un sector, que lo que vendemos es “satisfacción”. No se trata de trabajar menos, sino mejor. ¿Algo está pasando no? ¿Qué opinas?
Autor: Pablo Riestra, Consultor de Golf