Hace unos días nos hacíamos eco del encuentro golfístico del presidente de los Estados Unidos junto a Stephen Curry, su padre Dell Curry y el veterano Ray Allen. En esa ocasión les narramos cómo el mandatario norteamericano era capaz de utilizar el “trash talking” para descentrar a Stephen Curry, quien acabó perdiendo el partido.
Este comportamiento no parecía propio de una de las personas más influyentes del planeta. Poco a poco vamos conociendo anécdotas que animan a comprender el porqué de la competitividad de Barack Obama. Uno de estos episodios lo vivió en noviembre del año pasado, cuando fue engañado por el ex jugador de béisbol Derek Jater con el beneplácito de Greenspun, propietario de Las Vegas Sun.
“Greenspun y Jater me robaron el dinero”, comentó Obama durante su presencia en un evento benéfico celebrado en Las Vegas por el propio Greenspun. “Fue un montaje orquestado con premeditación, de eso no me cabe duda. En noviembre quedé con Brian –Greenspun- para jugar un rato y cuando llegamos al campo de prácticas vi bolas esparcidas por todas partes. Allí estaba Jeter. Le pregunté si jugaba al golf y me contestó que acababa de empezar hacía un par de semanas”, cuenta el presidente estadounidense.
“Decidimos entonces darle 30 golpes. Ya en el primer hoyo vi que fue un error fatal. Nos aplastó”, sentenció el demócrata. “Al terminar, tuvimos que hacernos una foto dejándole el dinero en su mano. Me engañaron. Pero a pesar de todo esto, Brian es un buen amigo”.
Quizá sea este el comienzo de la utilización de las artes oscuras por parte de Obama. Y es que a nadie le gusta que le hagan pasar por pardillo, y menos ser la parte estafada en el timo de la estampita.