Hace poco más de dos semanas numerosos aficionados de todo el mundo descubrían a Ollie Schniederjans. Este joven golfista norteamericano -paisano de Jordan Spieth- sorprendió a propios y extraños con su duodécima posición en The Open Championship (-9), a sólo seis golpes de los tres golfistas que compartieron los cuatro hoyos de desempate. Un resultado con el que reafirmaba que el T42 conseguido unas semanas atrás en Chambers Bay no había sido flor de un día.
Era el colofón final a una trayectoria como aficionado con la que había conseguido ocupar el número uno de la clasificación mundial amateur durante 41 semanas consecutivas y ser nombrado jugador del año de la conferencia atlántica en dos ocasiones. Pero eso ya quedó atrás. En estas dos últimas semanas jugó sus dos primeros eventos como profesional: Open de Canadá y Quicken Loans National. Y no lo hizo nada mal. En ambos volvió a firmar un nueve bajo par para conseguir empatar en la posición 22 en el primero, mientras que en el segundo se fue con un Top 15.
A medida que va creciendo su progresión cada vez son más las personas que se hacen la misma pregunta cuando lo ven sobre la hierba de un campo de golf. “¿Por qué ese chico no lleva gorra?”. Muchos creerán que puede ser cuestión de que todavía ningún patrocinador se haya fijado en él. Craso error. Claro que se han fijado. Y mucho, además.
Firmó con Callaway hace ya unos meses, pero se resiste a llevar gorra por una razón convincente: no le gusta. “Dejé de usar la gorra a los 12 años, cuando abandoné el béisbol. Nunca me ha gustado llevarla. No tengo intención de cambiar sólo porque me haya convertido en profesional”. Y añade: “Me gusta mi estilo así, no necesito complementos. Hay cosas más importantes en la vida que los patrocinadores”. Un chico con las ideas claras.