El número uno del tenis mundial y el tres veces campeón del Open de España comparten un ProAm inolvidable en el Club de Campo Villa de Madrid
El Club de Campo Villa de Madrid amaneció este miércoles envuelto en un ambiente distinto, casi eléctrico. No era un día más. Las calles del recorrido madrileño se convirtieron en escenario de un encuentro destinado a quedar en la memoria; el del número uno del mundo del tenis, Carlos Alcaraz, con el referente absoluto del golf español, y también exnúmero uno mundial, Jon Rahm.
El murciano, doble campeón de Grand Slam en 2025, y el vasco, triple ganador del Open de España y reciente héroe de la Ryder Cup, compartieron salida en un ProAm de auténtico lujo, completado por Feliciano López, extenista y director del Mutua Madrid Open, y Borja Pácido Vera, amigo y cómplice del joven prodigio.
En los segundos nueve hoyos, Alcaraz compartió partida con Shane Lowry, campeón del Open Championship
El aire del Club de Campo tenía ese silencio expectante de los grandes días. Entre bromas, consejos y miradas de admiración mutua, el grupo disfrutó de una jornada que fue mucho más que un simple entrenamiento. Fue una celebración del talento, la amistad y el respeto entre dos gigantes del deporte español.
Para Carlitos, el de hoy fue su primer ProAm, y no lo olvidará fácilmente. “Estaba muy tenso”; confesó entre risas antes de salir al tee del 1. Los nervios, inevitables, acompañaron su primer golpe. Pero pronto llegó la calma. A partir del hoyo 6, el murciano soltó el brazo y firmó un hierro majestuoso desde 170 metros que aterrizó a escasos metros del banderín. Rahm no dudó; “Menudo hierro”, celebró con una sonrisa.
En los segundos nueve hoyos, Alcaraz compartió partida con Shane Lowry, campeón del Open Championship y protagonista de la última Ryder Cup junto a Jon. El tono se volvió más relajado, de tertulia entre campeones, de deportista a deportista, con respeto y complicidad.
Mientras tanto, Rahm afinaba su juego con la serenidad de quien sabe lo que busca. El vasco, que esta semana aspira a conquistar su cuarto Open de España; dejó la sensación de estar preparado para otro capítulo grande en su historia.
La imagen final, con Rahm y Alcaraz caminando juntos por las calles del Club de Campo, sin público, sin ruido, bajo una luz serena de tarde madrileña, resume a la perfección el espíritu del día; dos leyendas, dos caminos distintos, un mismo fuego competitivo.
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