“Lo más difícil no es subir a lo más alto, sino mantenerse” es un tópico que se ha utilizado en muchísimas ocasiones en el mundo del deporte. Sin embargo, a pesar de tratarse de una frase muy manida, no es por ello menos cierta. Todos sabemos lo difícil que es repetir triunfo en cualquier disciplina –y más en golf, donde todos compiten contra todos en cada Major-.
Pues bien, este ha sido el argumento sobre el que se está intentando sostener Rory McIlroy de cara al 2016. Y es que el reciente ganador del premio a Mejor Golfista Europeo del Año sufrió en sus propias carnes hace sólo unos meses la irrupción de Jordan Spieth que, en un abrir y cerrar de ojos, pasó de promesa a realidad. Esto, sumado con la aparición del australiano Jason Day, provocó que el norirlandés viviera una temporada en blanco en cuanto a Grandes se refiere y acabara en el número 3 de la clasificación mundial –un puesto que sigue ostentando a día de hoy-.
Rory es de los pocos golfistas que saben lo que es enfrentarse a otra temporada después de haber ganado dos Majors en la anterior y, en una reciente entrevista concedida al diario The Telegraph, manifestó lo que le rondará a partir de ahora por la cabeza al actual número uno del mundo cuando salte a un campo de golf:
“Este año será completamente distinto para Jordan. Si nos fijamos en las estadísticas de aquellos que ganaron, al menos, dos Grandes en la temporada anterior, podemos asegurar que repetir resultado es una tarea prácticamente imposible. Hay tantas expectativas, tanta atención, tanta concentración… Aunque creo que es más la presión que se pone uno mismo por mejorar sus propios registros lo que hace que los resultados empeoren”, afirmó el norirlandés.
De hecho, si echamos un vistazo a esta curiosa estadística tan sólo Tiger Woods en el año 2006 ha sido capaz capaz de repetir dos triunfos en Grandes después de una magnífica temporada en la que también se alzó con dos Majors.
Así pues, Spieth peleará en 2016 contra la historia, una hazaña que McIlroy tratará de impedir.