Rory McIlroy no sale de su crisis. No la espanta ni en su propia casa y ante su público, en el Open de Irlanda que se disputa en el Carton House que se ha engalanado para la ocasión y derrochado euros. Pero ni así el bueno de Rory fue capaz de contentar a su público y, de paso, escapar de su depresión.
McIlroy falló el corte, con dos rondas pobres de 74 y 72 golpes para dos arriba. La estrella se marcha del Open irlandés por la puerta de atrás y en su tercer corte fallado en Europa en lo que va de campaña. (Más información)
Pero la decepción provocada por la despedida de McIlroy ha dejado desnuda a la organización por otros motivos añadidos: Padraig Harrington, Graeme McDowell y Darren Clarke, que completaban el póker de ases local, tampoco estarán el fin de semana pese a que las entradas estaban totalmente vendidas.
Entonces, ¿a quién irán a ver los espectadores irlandeses? Pues por ejemplo a José María Olazábal, el maestro que camina por la vanguardia, o al resto de españoles que sí atravesaron el corte y se disponen a conseguir algo importante para el domingo. (Leer crónica de los españoles)