El cuatro veces ganador de un Grande y exnúmero uno del planeta, Rory McIlroy, sorprendió a todo el mundo al revelar que sufre de una irregularidad cardíaca que deberá controlar a lo largo de su carrera aunque, si bien es cierto, espera que no sea un problema importante en el futuro.
En una entrevista concedida a The Telegraph, el norirlandés sobrecogía al mundo del deporte en general y del golf en particular con tal anuncio, aunque luego, y tras el revuelo causado, quiso matizar la seriedad del problema en sus cuentas de Instagram y Facebook.
McIlroy, quien sufrió de una lesión en las costillas durante la mayor parte de la temporada pasada, motivo por el que está cuatro meses en el dique seco, tiene previsto reaparecer la próxima semana en el Abu Dhabi HSBC Championship del European Tour para más tarde jugar el Dubai Desert Classic. El primer torneo programado en el PGA Tour es el AT&T Pebble Beach Pro-Am a disputar entre el 8 y el 11 de febrero.
«El tema de las costillas está bien, no hay ningún problema en absoluto, me hicieron una resonancia magnética en la columna dorsal y todo salió bien«, declaraba McIlroy en esa entrevista en la que añadía, «tengo una leve irregularidad en mi corazón que tengo que mantener al tanto. Tendré que hacerme un ecocardiograma cada seis meses y una resonancia magnética todos los años«.
Tal ha sido la alarma causada por sus declaraciones que ha tenido que salir al paso, y lo ha hecho a través de sus propias RR.SS. «Realmente no es un gran problema, no hay de qué preocuparse, aparte de un chequeo anual, como debería de hacerme de igual forma. Estoy en forma y sano, no puedo esperar para comenzar mi temporada 2018 en Abu Dhabi la próxima semana«.
En la entrevista al periódico, McIlroy explicaba cual fue la causa del problema. «Sufrí una infección viral muy grave en China hace 18 meses y me dijeron que esa es la razón por la que tengo un engrosamiento del ventrículo izquierdo con un poco de tejido en la cicatriz. Ahora solo necesito estar al tanto y mantenerme en forma«.