Cómo pasa el tiempo. Parece que fue ayer cuando el equipo europeo apabulló por un resultado de 16 ½ a 11 ½ a los Estados Unidos en Gleneagles y, sin embargo, ya quedan menos de cinco meses para que la competición por equipos más importante en el mundo del golf dé un nuevo pistoletazo de salida sobre el tapiz del Hazeltine National GC de Chaska (Minnesota).
En ella, Europa tratará de sumar su cuarta victoria de manera consecutiva –desde el cambio de formato en 1979 nadie ha conseguido hacerse con el trofeo tantas veces seguidas-, aunque enfrente tendrá un equipo norteamericano que peleará por revertir la dinámica.
Y es que los estadounidenses solo han logrado un triunfo en lo que va de siglo –fue en 2008, en el Valhalla GC de Louisville (Kentucky)- y suman un resultado acumulado de ocho derrotas y solo dos victorias en las últimas diez ediciones.
Sin embargo, y pese a que pueda parecer que Europa es la gran favorita a tenor de los últimos años, Estados Unidos es un auténtico “gigante dormido”, como se encargó de afirmar Justin Rose en una entrevista concedida hace unos días al portal golf.com.
“A pesar de que puedan parecer triunfos amplios y cómodos, siento como si hubiesen estado más cerca. Y esto tiene mucho más mérito si cabe, porque nos enfrentamos a un conjunto con una gran calidad en todos sus integrantes. En cierto modo es como un gigante dormido y estoy convencido de que este año están ansiosos por conseguir retener la copa en casa. Al fin y al cabo, a nadie le gusta estar en este tipo de rachas negativas”, afirmó.
Jordan Spieth, Bubba Watson, Rickie Fowler, Dustin Johnson… Menudo arsenal de jugones tendrá a su entera disposición Davis Love III para convertir de nuevo a los Estados Unidos en el gran dominador del torneo. Y de producirse, el capitán tendrá buena parte de culpa. Y es que, “desde Azinger en 2008 no se veía a un combinado americano con tanto afán por ser un equipo en lugar de una constelación de estrellas”, como apuntó el golfista británico.
Si a esto le unimos la sabiduría que puedan aportar desde la vicecapitanía hombres como Jim Furyk o Tiger Woods el éxito de la escuadra de las barras y estrellas sube muchos enteros. Habrá que ver si Europa puede contrarrestar esta nueva política americana para la Ryder.