Estos palos los llamaban Long Nose (Nariz larga) por su forma similar a una nariz. Eran los palos con que se jugaban las bolas feathery de cuero rellenas de plumas.
Las siguientes imágenes recrean como era el proceso de fabricación de estos raros palos usados hasta mediados del XIX.
En primer lugar la varilla, generalmente fabricada con madera de nogal blanco (hickory).
Seguidamente se rebajaba el extremo de la varilla, donde se uniría con la cabeza a base de cola, y apretado firmemente con cordel de lino para su sujeción.
Una vez fijado, se cepillaba y ligaba hasta integrar la varilla con la cabeza.
En la parte de inferior se le atornillaba un refuerzo de hueso y en un lateral un refuerzo de plomo para darle peso a la cabeza. Era la forma de equilibrar el «swing weight» de la época.
Altos precios en subastas
Estos palos son altamente cotizados por los coleccionista de golf británicos y americanos principalmente, alcanzando algunas veces unos altos precios en las subastas.
Jaime Ortiz Patiño, quien fuera el propietario de Valderrama, tuvo una de las mejores colecciones del mundo de Golf Clásico, se subastó en la famosa casa de subastas Christie’s en 2012.
El palo que se muestra más abajo fue unos de los putter de Tom Morris tipo Long-Nose de su colección. El precio de salida que mostraba el catálogo, era de $110.000 (lote 130).
Imagen de un set de Long Nose de mediados del XIX. Desde el driver hasta el putter, todos los palos eran de madera, donde lo único que variaba era la longitud y el loft (ángulo) de la cara del palo.
Autor: Carlos Celles