La expansión del Golf en los primeros años del siglo XX era imparable en Gran Bretaña y los Estados Unidos. Tan solo en América había alrededor de un millón de jugadores en los años 1915 a 1920, y muchos profesionales y también clubmakers (fabricantes de palos) británicos, saltaban el charco para buscarse la vida en el descomunal mercado de golf. De hecho, entre 1895 y 1910 todos los ganadores del US Open fueron escoceses o ingleses.
Aunque se empezaban a fabricar los palos de una forma industrial, los medios productivos de la época seguían métodos bastante artesanales, como se muestra en las siguientes imágenes.
Los nuevos materiales de caucho que aparecieron en los primeros años del siglo XX, y el revolucionario sistema de producción en las bolas de golf, que consistía en enrollar un cordel de goma tensado alrededor de un núcleo, obligaron a nuevos diseños en las cabezas de los palos.
Al igual que los primitivos palos long nose del siglo XIX, estas maderas de principios del XX también llevaban un contrapeso de plomo para darle peso a la cabeza, y conseguir un «swingweight» adecuado.
Básicamente estos eran los tipos de maderas usados en aquel período:
Driver
Eran cabezas de driver bastante más pequeñas a las utilizadas actualmente, similares en volumen a una madera 3 o 5 actual. Solían llevar una protección de hueso atornillada en la cabeza, y oscilaban entre 8º y 13º.
Brassie
Es el nombre que se le dio históricamente a esta madera de calle. Además del contrapeso de plomo, llevaban atornilladas una base de latón para protegerlas de los duros fairways de hace un siglo.
Spoon
Una madera similar a la Brassie, pero más abierta.
Buldog
Una madera de cabeza compacta y redondeada, y más rara que las anteriores, pensada para su uso en lies difíclies.
Las varillas seguían siendo de madera. De hecho, las varillas metálicas que habían intentado desplazar a las de madera a principios de los años 20, no lo consiguieron de una forma efectiva hasta final de esta década.
Las varilla “hickory” (nogal blanco) se utilizaron desde el siglo XVIII hasta 1930 aproximadamente. Este tipo de madera aportaba una dureza y una flexibilidad idóneas para su uso como varillas de golf
Muchos de los clubmakers estampaban su marca en la propia varilla.