El precandidato a la presidencia de los Estados Unidos se ha propuesto por méritos propios ser uno de los temas de conversación en este inicio del año en el mundo del golf. Y es que si hace unos días pregonaba a los cuatro vientos que si Bernie Sanders –el precandidato demócrata- salía elegido mandatario estadounidense se acabaría el golf en este país, hace unas horas conocíamos que Donald Trump pretendió cobrarle la cuota de socio de uno de sus clubes al actor Samuel L. Jackson sin su consentimiento.
Pero eso no es todo. Gracias a la entrevista realizada al actor por parte de los compañeros de la revista United Airlines’s Rhapsody, conocíamos que el magnate norteamericano no es trigo limpio en los greenes, por impactante que les pueda sonar a algunos. Este tema salió a colación de una afirmación del productor de cine nacido en Wahington DC, que afirmó que “de cuando en cuando” es llamado por Trump para jugar unos hoyos. A la pregunta de cuál de los dos suele ser mejor, la respuesta fue contundente: “Yo, por supuesto. No hago trampas”.
No es la primera vez que se involucra al empresario estadounidense con este tipo de casos. De hecho, en septiembre el Washington Post recopiló en un artículo todas las denuncias de algunos de sus últimos compañeros de juego. Y, a pesar de los intentos de Tom Brady, quarterback de los New England Patriots de la NFL, por quitarle hierro al asunto, sus tropelías y acciones turbias han vuelto a salir a la palestra con el intento de cobrarle a Samuel L. Jackson el uso y disfrute de una de sus instalaciones.
“La semana pasada abrí el buzón y vi una factura del Trump National Golf Club. Me sorprendió porque hace cuatro o cinco años que no piso ese campo, así que les llamé por teléfono. Me dijeron que era la cuota de afiliación. Por mucho que insistí en que no era miembro de ese club, ellos me demostraron que tenía un número de socio. Al parecer, Trump me había hecho miembro de su club sin que yo me enterara”, confesó el actor.
Trumpas que le pueden salir caras en su carrera presidencial.