El circuito, “La Ruta Seve”, concebido como un homenaje vivo al golfista español más influyente de la historia, ha recorrido tres escenarios únicos

La primera edición de La Ruta Seve, el triangular que une a los campos de Santa Marina, Meaztegi e Izki y -todos ellos ideados por la mente creativa del legendario Severiano Ballesteros- ha celebrado hoy su gran final en tierras cántabras. El circuito, concebido como un homenaje vivo al golfista español más influyente de la historia, ha recorrido tres escenarios únicos en pleno otoño, cuando estos campos alcanzan su máximo esplendor.

Accesibles, sostenibles y gestionados por profesionales de la PGA de España, los tres recorridos reflejan con fidelidad el espíritu de Seve y su célebre lema “golf para todos”, además de su filosofía competitiva basada en la actitud; “más vale una gran actitud que un gran swing”. La organización contó con el apoyo esencial de Club Hole in One, cuya colaboración ha sido clave para el éxito de este triangular.

Cada club presentó un equipo mixto de 12 jugadores, que se enfrentaron en un total de ocho partidos por jornada

En cada una de las jornadas, el buen golf se mezcló con la excelencia gastronómica del norte, aportando un componente social tan valioso como el estrictamente deportivo.

Cada club presentó un equipo mixto de 12 jugadores, que se enfrentaron en un total de ocho partidos por jornada; cuatro encuentros en modalidad fourball y cuatro individuales. La combinación estratégica, el espíritu competitivo y el ambiente de juego evocaron en todo momento la esencia más pura del golf según Seve. El equipo de Santa Marina se proclamó campeón de esta primera edición de La Ruta Seve.

Más allá del resultado, el triangular destacó por el ambiente excepcional entre los tres equipos participantes. Camaradería, respeto y una profunda pasión por el golf marcaron cada cita, mostrando la unión entre clubes y jugadores y reflejando los valores que Ballesteros defendió a lo largo de toda su carrera.

En la fotografía final, los jugadores y jugadoras lucieron los tradicionales colores asociados a Seve -azul marino y blanco-, un guiño directo al campeón y a su identidad icónica.

La Ruta Seve no es solo una competición; es una puerta abierta para que cualquier aficionado descubra y disfrute estos tres recorridos, que representan como pocos el talento, la creatividad y la visión de Severiano Ballesteros.

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