El 27 de noviembre de 2009 Tiger Woods sufría un accidente de coche cerca de su casa en Windermere, Orlando (Estados Unidos). Un percance que dejó en el ganador de 14 majors heridas físicas que no fueron tan importantes como las consecuencias que se desencadenaron para su carrera deportiva y, también, para su vida personal.
El accidente fue solo el principio de uno de los escándalos personales y privados más relevantes de los últimos tiempos. Tanto es así, que hubo diarios que sacaron al Tigre en portada durante veinte días consecutivos.
En ese tiempo, Woods pasó en unas horas de héroe que había sufrido un accidente a villano, por cuestiones personales que, principalmente, afectaron a su excepcional carrera como golfista. Unos meses en una clínica para luchar contra una adicción al sexo, además de operaciones quirúrgicas en la rodilla, el tendón de Aquiles y la espalda han lastrado su trayectoria.
Volvió a los campos de golf en abril de 2010, en el Masters de Augusta. Desde entonces, el californiano ha sumado algunas victorias, como las de Arnold Palmer Invitational o Memorial Tournament en 2012 y 2013, pero está lejos del jugador que consiguió 14 majors y que se hizo famoso en 1997 tras ganar en Augusta con solo 21 años. El tiempo dirá si vuelve ese Tigre.