¿Cuánto pagarían ustedes porque uno de los mejores jugadores de toda la historia les acompañara durante unas cuantas horas y les hiciese de profesor? No respondan todavía. Es más, no hace falta. Y es que hemos podido despejar esta duda gracias al bolsillo de un hombre, que abonó más de 200 mil dólares para que el renacido Tiger Woods fuera su nuevo instructor -al menos por un día-. Pero no se piensen que ha sido el californiano que, fruto de una mala racha, ha decidido hacer horas extra para ganarse un sobresueldo. Todo esto tiene un componente benéfico.
Chris Stroud y Bobby Gates, ambos jugadores del PGA Tour, organizaron esta semana con motivo del parón de la competición un Pro-Am con el que recaudar fondos para aquellos que lo perdieron todo por el paso del huracán Harvey, una devastadora tormenta que arrasó el área de Houston durante varias semanas del mes de agosto. Y, claro, todo el mundo se volcó para intentar llevar de vuelta la normalidad a una zona que vivió en este 2017 el paso de un fenómeno que dejó hasta 77 víctimas mortales y unos daños materiales que se cuentan por miles de millones.
De hecho, el martes se organizó una cena-celebración en el Bluejack National, complejo diseñado por Tiger, en la que se repartieron premios y se subastaron diferentes elementos con los que seguir recaudando fondos. Hubo muchos, pero ninguno tan inusual como el de la clase con Big Cat como maestro, que finalmente se adjudicó por 210 mil dólares, según apunta el periodista de ESPN BOB Harig.
Un hecho que contribuyó, junto a las aportaciones de Patrick Reed, Jimmy Walker, Ben Crenshaw, Hale Irwin, Fuzzy Zoeller y Stacy Lewis a que se superase el millón de dólares para seguir intentando que los afectados vuelvan a comenzar su vida.
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