El Día de los Santos Inocentes quedó atrás y con él todas las bromas e inocentadas. Esto quiere decir que hasta el próximo año no podrá devolvérsela a ese compañero tan majo que se la jugó hace unos días. Pero no se preocupe, que la venganza se sirve en frío. Ahora dispone de todo el tiempo del mundo para diseñar un plan perfecto que pille desprevenida a su víctima.
Uno de los ámbitos desde donde puede atacar a su compañero es el golf –seguro que no se lo espera-. Así es como lo hizo este joven, que compró una pelota rellena de serpentina y se la dejó a su colega de partido para que diera el primer golpe. Las risas del primero no tienen desperdicio.