El golfista texano ha llegado a Austin con ganas de sacarse en el primer torneo Match Play del año la espinita de un flojo comienzo de temporada. Asimismo, tras unos cuantos días de relax –que aprovechó, entre otras cosas, para regresas a su Dallas natal y conocer a Stephen Curry-, el joven prodigio estadounidense parece contar con una fórmula mágica para aislarle de los comentarios, tanto buenos como malos, de los medios de comunicación: la desconexión total de las redes sociales.
En los últimos meses ya comentamos en alguna ocasión que a Jordan le estaba superando la presión. Pese a su edad ya es uno de los deportistas que más recauda por contratos de patrocinio a nivel mundial y se ha convertido en la gran esperanza del golf norteamericano para combatir el dominio parcial del norirlandés Rory McIlroy y el australiano Jason Day.
No ha habido medio en todo este tiempo que no se haya hecho la pregunta de “¿qué le pasa a Spieth?” Y, claro, los deportistas no son ajenos a esto y todo acaba llegando a sus oído o, mejor dicho, a su Time Line.
Por esta razón Jordan dijo basta y, tras una prueba durante sus mini vacaciones, ahora quiere llevar esa desconexión de Twitter e Instagram al resto de la temporada del PGA Tour: “Tengo que intentar llevar este modelo al resto del curso. Me tengo que mantener alejado de las influencias externas, ya sean de la televisión o de las redes sociales, y encontrar nuevas formas en las que invertir las horas muertas”, reconoció el número uno del mundo en la previa del WGC-Dell Match Play.
“No sé si leyendo o descubriendo nuevos lugares allá por donde voy, pero desde luego que si me quedo quieto podría estar tentado de ver mis perfiles. Así que es algo que quiero evitar a toda costa”, sentenció.
Y esta semana será la primera prueba de fuego. Aunque lo tendrá fácil, pues Austin –la que fuera residencia durante su etapa universitaria- es “una segunda casa”, como él mismo la ha llegado a calificar. “Las veces que he vuelto aquí me he quedado siempre en casa de algún amigo, así que será la primera vez que me hospede en un hotel del centro. Sin embargo, tengo muchas ganas de salir por ahí a comer y de pasar el tiempo libre paseando”.
Y es que las terapias para desengancharse de las redes sociales llevan su tiempo. Poco a poco.