La última jornada del Seve Trophy deparó tres secuencias trascendentes: la victoria del equipo de europeos del continente y la entrega de dos talones, uno por valor de 100.000 euros por parte de los capitanes, Torrance y Olazábal, a la Fundación Seve Ballesteros, y otro por importe de 90.000 euros donados por la Ryder Cup y que dicha Fundación aportará a Cancer Research en el Reino Unido.
Tanto en la Ryder como en el Seve Trophy, una parte de esos cientos de golpes de golf tenían como destino el combate contra la enfermedad que segó la vida de Seve Ballesteros, cuya Fundación fue creada por él mismo para ayudar a que otros enfermos puedan algún día beneficiarse de las investigaciones médicas.
Carmen Ballesteros, hija de Seve, recibió un cheque que la Fundación de su padre destinará a la investigación de la lucha contra el cáncer y a iniciativas que faciliten la incorporación de jóvenes sin recursos al mundo del golf. “En nombre de mis hermanos Javier y Miguel y en el mío propio, quiero dar las gracias al Tour Europeo y a todas las personas involucradas en el Seve Trophy por Canal+, y en especial a José Mari y a Sam por la entrega de este cheque. También me gustaría agradecer a los jugadores de ambos equipos por haber participado en el torneo memorial de mi padre».
Unos días antes, Javier Ballesteros, el hijo mayor de Seve, recibió de manos de José Mari Olazábal, en nombre de Ryder Cup Europe, un cheque por importe de 90.000 euros que la Fundación Seve Ballesteros aportará a Cancer Research en el Reino Unido.
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