¿Quién no ha soñado alguna vez con irse a una isla sin más compañía que la de uno mismo para meditar y tener unas horas de relajación mientras juega al Golf? Bueno, pues quizá ese deseo está más cerca de lo que creen, pues se ha puesto a la venta un trozo –quien dice pedazo dice más de 224 kilómetros cuadrados– de la isla hawaiana de Molokai, según apuntan desde el Wall Street Journal.
El terreno cuenta con una flora autóctona bien cuidada, 1200 cabezas de ganado y, atentos a esto, dos campos de Golf. Como lo leen, dos complejos para la práctica de este deporte en una zona sin vecinos en unos cuantos kilómetros a la redonda –así que no tendrán de qué preocuparse por la posibilidad de impactar a alguien con una bola perdida-.
Eso sí, hay que rascarse el bolsillo para hacer frente a semejante caramelo. 260 millones de dólares es el precio que los actuales dueños piden por acceder a la venta de una zona que, si bien es cierto que tiene un montante elevado, le pretendían sacar mucho más si el plan de los propietarios se hubiese completado con éxito.
Y es que aquí se tenía la intención de construir más de 200 viviendas de lujo, además de un hotel para hacer de esta pequeña isla un paraíso para los sentidos. Sin embargo, ello requería una destrucción amplia de la flora local, algo que el resto de vecinos de la isla no estaban dispuestos a tolerar. Las protestas se intensificaron durante la década de los 2000, llegando a establecerse un “campamento de resistencia” cerca del lugar donde iban a edificar. Esto, unido al inicio de la crisis, propició que el proyecto no se llevara adelante, con la consiguiente decisión de poner a la venta todas estas hectáreas.
Así que ya saben, si disponen de los dólares necesarios y de ganas, esta es su oportunidad.