Cuando el lunes se actualice el ranking mundial, Tiger Woods no estará entre los cincuenta mejores por primera vez en los últimos tres años y después de que en la jornada del viernes, segunda del Phoenix Open, entregara su peor tarjeta como profesional, 82 golpes.
Woods, que hace tan solo ocho meses estaba en la cúspide del golf tendrá que mejorar su juego de forma inmediata y subir puestos en el ranking si no quiere quedarse fuera de las pruebas de las Series Mundiales.
El californiano podría rondar el puesto 53º en el ranking mundial e incluso podría caer algún puesto más dependiendo de los resultados que se den en el Phoenix Open del PGA Tour y en el Dubai Desert Classic europeo. Tiger nunca cayó más allá del puesto 58º desde que ganara el primero de sus 79 títulos (Las Vegas Invitational) allá por octubre de 1996.
Woods acudirá la próxima semana a su campo talismán, Torrey Pines, donde ha ganado ocho veces pero donde el pasado año no superó el corte después de 54 hoyos. Tras un descanso de dos semanas acudirá al Honda Classic. Será después de ese torneo donde el estadounidense tendrá que estar dentro del Top 50 si quiere disputar el WGC-Cadillac Championship en Doral.