Son muchos los que piensan que algo hay que hacer en el golf. Los campos cada vez se quedan más pequeños para estos jugadores que lanzan misiles de 439 yardas (401,4 metros) como el dado por Dustin Johnson el pasado mes de agosto, o el pegado por McIlroy hace pocas semanas en St. Andrews con el que alcanzó las 360 (329) en el 18. Distancia esta de 360 que ya se hace habitual en los Grandes Circuitos y que alguien tendrá que parar.
El último que ha levantado la voz sobre el tema ha sido Tiger Woods quién en una charla con Geno Auriemma, en el popular podcast del legendario entrenador de baloncesto femenino de la Universidad de Uconn, declaró que, «tenemos que hacer algo con la bola de golf«.
«Simplemente pienso que vuela demasiado lejos de forma que si queremos tener un campo competitivo para un torneo profesional, este debe de tener entre 7.400 y 7.800 yardas (6.466 y 7.132 metros). Si el juego sigue progresando en la misma línea, creo que no estamos lejos de ver campos de 8.000 yardas (7.315)«, destacaba el ganador de 14 Grandes en la conversación.
Woods, quién reaparecerá a finales de mes en el Hero World Challenge según el mismo anunció, continuó su charla sobre el tema diciendo que, «todo esto es bastante aterrador porque no tenemos suficiente terreno como para comenzar a diseñar este tipo de campos de golf y lo hace mucho más complicado«.
La USGA (United State Golf Association), organismo que rige el golf en los Estados Unidos «ya lo está analizando» declaró el jugador de 41 años. «Están investigando cómo sería el juego si la pelota volara menos«, añadió.
Pero Tiger no es el único grande en defender este tema, anteriormente ya lo hicieron Seve Ballesteros y Jack Nickaus. El genio de Pedreña abogaba porque las bolas fueran más grandes y que se le restaran hoyuelos a su superficie, mientras que el Oso Dorado ya decía en 2013 que, «la bola y su distancia era un problema a resolver«.
Pingback: Mike Davis, partidario de limitar las distancias de las bolas: “El impacto que tiene es horrible” OpenGolf.es