Era un secreto a voces, pero finalmente se hizo público: Tiger Woods no será de la partida del 14 al 17 de julio sobre la hierba del Royal Troon escocés. El californiano, que sigue apurando los plazos en su proceso de recuperación, ha decidido esperar y se perderá el Major del viejo continente por tercera vez en toda su carrera deportiva.
Y no, no se asusten. Todo sigue su ritmo previsto, y aunque ya comentó que ya es capaz de jugar 18 hoyos de manera consecutiva, todavía es pronto para que su espalda aguante cuatro rondas al máximo nivel durante muchas semanas seguidas. “Sé de sobra que esto es un camino difícil, no es nada divertido. Sin embargo, ya no puedo hacer caso omiso a las lesiones porque ya no soy un chaval. Antes podía jugar con dolores e incluso llegar a ganar, pero ahora debo ser más prudente. Cada cosa lleva su tiempo y sé que tengo que respetar los plazos si no quiero volver a tener una recaída”, confirmó a Jim Nantz y a Nick Faldo durante la disputa del Quicken Loans National en el Congressional.
Así pues se confirman las sospechas de que va a ser difícil volver a ver a Tiger sobre un campo de golf en este 2016 –más allá de sus funciones como vicecapitán de Estados Unidos el próximo mes de septiembre-. Hace ya mucho de aquel Wyndham Championship de agosto de 2015, desde donde jugó su último torneo como profesional y en el que consiguió un meritorio Top 10. Todo sea por verle reaparecer más fuerte que nunca y seguir disfrutando de su presencia al otro lado del charco. Se nos va a hacer largo todo este tiempo.