Tres días después todavía sigue coleando la fatídica mañana de Tiger Woods en el Muirfield Village de Dublin (Ohio). El norteamericano dio un festival de fallos –cuádruplebogey incluído- para un total de 13 sobre el par en el día, el peor resultado del golfista californiano desde que es profesional.
Al término de la jornada un desconsolado Tiger solo atinaba a afirmar que el golf es “un deporte solitario” y que convivía con ello. El lunes, una vez que las aguas volvieron a su cauce, el atleta estadounidense se sentó ante los medios de comunicación en una rueda de prensa cargada de optimismo.
“Bueno, yo lo miro de esta manera. Se trata de repetir y repetir. Esta semana tendré una buena oportunidad para practicar muchas veces”. Y es que el californiano se encuentra inmerso en un cambio de swing provocado por sus continuas dolencias y lesiones.
Durante su ausencia de los campos de golf su círculo cercano de amistades le recomendó dotar a su swing de un movimiento más fluido para mejorar sus prestaciones sin resentirse. No parece haberle funcionado hasta la fecha. Desde que retornara a la hierba en el Masters de Augusta, sus cinco participaciones han sido casi testimoniales –un T17, una retirada, un corte y dos pobres eventos–, aunque poco parece importarle al estadounidense.
“Un cambio de estas características lleva su tiempo, y en el último año apenas he jugado unos cuantos torneos. He intentado, desde Augusta, implementar unos cuantos cambios en el swing con la ayuda de Chris Como. Hay que ir paso a paso”.
No es la primera vez que el ganador de 79 títulos de la PGA inicia un cambio en su forma de jugar. Butch Harmon, Hank Haney, Sean Foley y ahora Chris Como, sus instructores durante todos estos procesos, dan fe de ello: “Sé que ya he tenido momentos como éste en mi vida. Tengo que ser perseverante, como lo he sido siempre. Estoy comprometido con lo que estoy haciendo porque quiero volver a recobrar mi nivel”.
Tiger reanudará la próxima semana su preparación en Chambers Bay, donde ya estuvo varios días durante la pasada semana. El vencedor de tres US Open tratará de mejorar la imagen en Washington para subir puestos en la clasificación –ahora mismo ocupa el 181 del mundo– y pelear por una de las últimas oportunidades que le restan para poder disputar los eventos finales de la temporada.