El golfista norteamericano siempre ha sido una persona a la que la gente escucha cuando habla –y más aún desde que comenzó a encadenar lesión tras lesión-. Es por esto que el californiano ha decidido salir al paso y contar al Wall Street Journal sus impresiones en relación a un informe hecho público el pasado martes por la Fundación Nacional de Golf de los Estados Unidos.
En éste, uno de los aspectos que más llamaba la atención era que hasta 2,2 millones de personas de seis años o más jugaron al golf por primera vez en el año 2015 en este territorio, una gran cifra a la que hay que añadir un dato conocido hace unos pocos días: las rondas de golf aumentaron por primera vez en el país de las barras y estrellas desde 2011.
Sin embargo, no todo es idílico. Hay un dato que preocupa. Y mucho. La cantidad total de jugadores se redujo en 600.000 personas con respecto a las cifras de doce meses atrás. Esto significa algo muy sencillo: se está consiguiendo atraer a gente nueva, pero no se le consigue fidelizar.
Y aquí es donde entra en acción Tiger Woods. El 14 veces ganador de Majors ya se hizo la misma pregunta cuando diseñó el Bluejack National a las afueras de Houston. “¿Cómo se puede mantener a los jugadores ocasionales interesados en el juego? ¿Cómo se les puede mantener divertidos?”, pensó. “Ya lo tengo. Hagamos el juego más amistoso y accesible”.
En este campo ubicado en Texas, Woods dotó al recorrido de unas simples pero efectivas acciones para que todo marchara más fluido, más rápido. Por ejemplo, la hierba solo cuenta con un corte, eliminando así el rough. Además, pese a que el complejo está plagado de árboles y vegetación, el encontrar la bola no es para nada un problema porque esas zonas están cubiertas con hojas de pino.
Pero eso no es todo. La gran novedad es que en el mismo Bluejack National existe otro campo de 10 hoyos -todos ellos par 3- pensando principalmente en las familias y en los principiantes. Las banderas son relativamente cortas –desde 32 a 100 metros- y cuenta con equipos de música y luces para poder jugar también por la noche en un ambiente distendido y relajado.
Según Woods, estos actos son fáciles de reproducir en otros complejos y podrían significar la salvación de muchos campos. ¿Podría haber dado Tiger con la clave que muchos llevan buscando durante años?