Primero fue a finales del pasado mes de agosto cuando Tiger subía un vídeo a Twitter con un wedge en las manos medio año después desde que se retirara en mitad del Omega Dubai Desert Classic. “El doctor me ha dado su consentimiento para comenzar a entrenar el juego corto”, decía escuetamente en la Red, para más tarde, hace escasamente una semana mostrar al mundo su progreso con los hierros.
Ha sido este pasado domingo cuando lo volvíamos a ver vestido con sus colores de guerra, polo rojo y pantalón negro, y unas imágenes en la que se le podía ver golpeando la bola con el driver acompañadas de un par de palabras, «Making Progress«. Woods no ha dicho en esta ocasión si los médicos le autorizaron para reanudar completamente la actividad en los entrenamientos.
Fue durante la pasada Presidents Cup cuando el jugador de 41 años declaraba, «en líneas generales, soy muy optimista de cómo estoy progresando. El dolor se ha ido, pero no sé cómo aguantará mi cuerpo porque todavía no he pegado un golpe. Me voy a tomar un tiempo para resolverlo y descubrir cuáles son mis capacidades de cara al futuro. No hay prisa«.
Ese tiempo parece que va llegando y la pregunta que nos hacemos sigue siendo la misma, ¿volveremos a verle competir?
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Making Progress pic.twitter.com/I3MZhJ74kI
— Tiger Woods (@TigerWoods) 15 de octubre de 2017
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