Tim K, la «trágica» historia del estadounidense que tuvo que elegir entre el golf o su mujer

El golf puede ser un serio problema para el matrimonio si se trata de una actividad con la que solo disfruta una de las partes de la pareja. Además, si esta parte se enterara de que disputar los 18 hoyos de un campo puede llevar unas cuatro o cinco horas ya está el lío montado. Ah, bueno, y eso sin incluir el tiempo de viaje hacia y desde el complejo ni el aperitivo de después recordando las mejores jugadas y maldiciendo ese último putt que podía haber forzado el desempate.

Sí, definitivamente, los grandes aficionados a este deporte deberían pasar el resto de su vida con una persona que quiera unirse –o que al menos comprenda– la satisfacción personal que se siente al pasar el día sobre la hierba de un campo de golf. Serenidad, concentración y bienestar. Todo ello rodeado de árboles y de canturreos de pájaros.

Si, por el contrario, a su pareja no le atrae lo más mínimo la idea antes mencionada tiene dos opciones: convencerla o darse por vencido y levantar la bandera blanca. Esta última opción fue la elegida por Tim K, un hombre residente en Delaware (Estados Unidos) que ha vivido la desgracia de tener que elegir entre sus palos de golf o su mujer. Y, al parecer, ha salido ganando ella. Este es el anuncio que Tim publicó en Craiglist, un sitio web de anuncios clasificados.

“Mizuno JPX 825 – $500
Se venden palos de golf Mizuno ligeramente usados (unas 4 veces). Estos palos son impresionantes, increíbles. Golpear con ellos es una delicia. Estoy enamorado de ellos. 

Los estoy vendiendo porque me casé hace un año y mi esposa ya no me permite jugar al golf. En realidad ella no me deja hacer nada divertido, así que espero que puedan encontrar un buen hogar. Preferiblemente me gustaría que los comprara una persona soltera que no tenga la intención de casarse, pero sé que eso no es del todo justo.
También tengo la bolsa y un driver que puedo incluir por unos dólares más.

Podemos contactar por correo electrónico. Quiero unos 500 dólares, pero en realidad no importa mucho el precio ya que el dinero lo destinará mi mujer a otra compra inútil. Gracias por la comprensión”.

Y que Tim lleve cuidado que, como su mujer lea el mensaje, se queda sin palos y sin matrimonio. Un 2×1.