Vayan con mucho cuidado si están pensando en llevar su nuevo dron al campo de golf. El más mínimo despiste de cualquier jugador que se encuentre en el complejo en esos momentos y ¡adiós juguete! Ya lo vimos hace unos cuantos meses con Bubba Watson, que conectó un disparo durísimo que llevó al avión teledirigido al suelo. Y esta semana hemos vuelto a ser testigos de una proeza similar por parte de ¡una niña de ocho años!
La autora de los hechos, Ruby Cavanaugh, no sabemos lo que intentaba hacer, sinceramente, pero el hecho de impactar contra el aparato le aterra un poco vistos sus gestos. El dron fue descendiendo poco a poco hasta acabar encontrando el suelo ante las palabras de disculpa de Ruby, que no sabía dónde meterse en esos momentos. Pero que le quiten lo bailao, que el golpe es buenísimo. Lo otro… En fin, daños colaterales.





