Dos Masters de Augusta, un US Open, cinco British –golfista con más Jarras de Clarete de la era moderna– y un sinfín de títulos entre el PGA, el Japan Golf Tour y el circuito senior. Tom Watson pisará por última vez el Old Course de St. Andrews como jugador profesional el próximo mes.
El golfista de 65 años contará con el homenaje que se merece a toda una vida dedicada a este deporte. El puente Swilcan será testigo del punto y final de la carrera de uno de los golfistas norteamericanos más admirados. Watson celebrará, con esta despedida, el 40 aniversario de su primer Open Británico, aquel con el que ganó 7500£ y sobre el que empezó a edificar su leyenda.
“Mi tiempo ha terminado. Es como la muerte, en cierto sentido”, comentó el veterano deportista en el programa de la CNN Living Golf. Tal es la tristeza que el estadounidense siente en decir adiós al Grande más antiguo de este deporte que lo compara al duelo de un ser querido, aunque admite que, con el tiempo, mirará con cariño a un torneo que le ha catapultado al éxito: “Esa semana estaré bien rodeado por mi familia y amigos. Será una despedida maravillosa del British. Nunca olvidaré los recuerdos de esta experiencia tan increíble”.
Watson caminará hacia Swilcan por última vez el domingo 19 de julio –en caso de que pase el corte– o el viernes anterior si su cuento de hadas llega a un final prematuro. Lo hará del mismo modo con el que acompañó a su amigo Jack Nicklaus en 2005, después de que el “Oso Dorado” se encaminara hacia la retirada: tranquilo, agradecido y visiblemente emocionado. Ese día, la experiencia se vio superada por los sentimientos mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. La cabeza le decía que él iba a ser protagonista de esa estampa no mucho tiempo después, pero aún tenía preparada una última sorpresa.
En 2009 y tras una operación de cadera, Tom Watson volvió a encandilar al público británico con una actuación de otros tiempos. El golfista, que por aquel entonces contaba 59 primaveras, tuvo a su alcance el sexto British al entrar en la última jornada con un golpe de ventaja. Sin embargo, los años se le aparecieron de pronto al norteamericano y su compatriota Stewart Cink, 23 años menor que él, le arrebató el triunfo en el playoff. “El vejestorio casi lo consigue”, fueron las palabras de un renacido Watson.
Seis años después, él está listo para decir adiós. “No sé lo que sucederá todavía, pero sé que mis amigos y mi familia, mi mujer Hillary y mi hijo serán mis caddies. Será maravilloso hacer este último paseo con ellos”.