Ha sido un año intenso para Sergio García, casi 365 días en el que el jugador castellonense no ha parado de exhibir la Chaqueta Verde alrededor del mundo desde que el pasado nueve de abril de 2017 conquistara el Masters de Augusta. Estos son algunos de esos momentos.
La primera vez que vimos al de Borriol vestido de verde fuera de Augusta fue en sus primeras entrevistas para la televisión estadounidense desde lo más alto del famoso Empire State junto a su ahora mujer Ángela Akins.
Pocos días después tuvimos la oportunidad de verlo por primera vez en España, fue durante el partido Real Madrid-FC Barcelona donde realizó el saque de honor en su amado Santiago Bernabeu para dos días más tarde presentarla y presentarse ante los medios de comunicación españoles en su campo de Golf, el CC Mediterráneo en Castellón.
En julio asistió con la icónica prenda en Wimbledon donde no se quiso perder desde el exclusivo palco real de la cancha central del All England Club de Londres el encuentro entre Rafa Nadal y el joven jugador ruso Karen Khachanov, al que el balear barrió de la pista en tres sets en poco más de dos horas, antes fue talismán para su paisano Roberto Bautista.
Pero sin lugar a dudas, uno de sus momentos cumbre fue en su boda a finales del mes de junio cuando abrió el baile vestido con la tan famosa prenda y unos zapatos a juego en el color. Ya en octubre, Sergio regresaba a España para exhibirla en el Andalucía Valderrama Masters, torneo del que es anfitrión.
En definitiva, un periplo que no se volverá a repetir, al menos oficialmente ya que en el momento que traspase la Magnolia Line, archiconocida avenida que da acceso al Augusta National, tendrá que colgarla en la taquilla que espera en el vestuario de campeones.
Claro que siempre podrá hacer lo que en su momento se atrevieron Gary Player, Arnold Palmer y Seve Ballesteros, jugadores que rompieron la norma llevándolas a casa. María Acacia López-Bachiller, jefa de prensa del Tour Europeo y de la Ryder Cup alguna vez ha comentado que en una cena de campeones, el genio de Pedreña se hizo el “longuis” y se la trajo para España. “Aunque se la reclamaron muchas veces, no la devolvió. De hecho, yo la he visto en su casa de Pedreña”.
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